quarta-feira, 19 de março de 2008

Retorno


En vísperas de un viernes Santo
soñé que Cristo retornaba.
Fue así que nació esta poesia...

Hoy te sentí llegar, en las tinieblas.
En vísperas amargas de holocausto.
En las manos el vino de la ofrenda
y en los ojos, el resplandor del llanto.

Mirabas nuevamente a tus Discípulos
(temeroso rebaño acorralado)
Y te ungías de rosas y silencio
cuando el pan en la mesa ibas sembrando.

Y sentí que la hora señalada,
con el canto del gallo se iba ahondando.
Y contemplé angustiada tu figura,
que se erguía cual árbol visionario.

Y tuve miedo de acallar el grito.
En tus manos dejar clavar espanto
de seguir a Simón como fue el rito
y llegar con la cruz hasta el Calvario.

Y cuando en desespero elevé un ruego
y temblando mis manos se juntaron.
Te vi encender la lámpara del Alma
y una Paz infinita hallé a mi lado.

Alicia Carabajal (1984)

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